Protección de la información empresarial confidencial
Por: Arend J. Abel, Abogado
A veces las empresas se enfrentan a una situación en la que un empleado se ha marchado y se ha llevado información clave que puede utilizarse para perjudicar a la empresa desde el punto de vista competitivo. Este artículo se centra en los pasos que puede dar una empresa para minimizar ese riesgo y, si a pesar de todo le roban la información, recurrir a la Ley Uniforme de Secretos Comerciales. La Ley ha sido adoptada en Indiana y en la mayoría de los demás Estados.
Identificar la información que debe protegerse
El primer paso que debe dar una empresa es identificar la información específica que debe protegerse. Las listas de clientes pueden ser una de las informaciones más valiosas de una empresa, y su robo y uso por empresas competidoras puede causar graves perjuicios. Otros datos, como las fórmulas, los procesos empresariales y la tecnología, también pueden ser valiosos secretos comerciales. Un secreto comercial puede ser cualquier información que obtenga un valor económico independiente del hecho de no ser generalmente conocida y de no ser fácilmente determinable por otras partes a través de medios adecuados, es decir, medios distintos al robo de la información de la empresa.
Tomar medidas razonables para mantener el secreto
La información no se considera secreto comercial a menos que la empresa haya realizado esfuerzos razonables para mantenerla en secreto. Estos esfuerzos pueden y deben incluir medidas de seguridad física y electrónica. La empresa debe guardar la información en papel en oficinas y archivadores cerrados con llave. La información electrónica debe protegerse mediante el uso de seguridad informática que limite el acceso a la información únicamente a aquellos empleados que necesiten conocerla para realizar su trabajo. En algunos casos, la empresa debe exigir a los empleados con acceso a información confidencial que utilicen únicamente los ordenadores, teléfonos y dispositivos portátiles proporcionados por la empresa para llevar a cabo sus actividades y almacenar información de la empresa.
Una empresa también debe mantener el secreto de su información confidencial exigiendo a los empleados con acceso a la información que firmen acuerdos de no divulgación. Los acuerdos deben enumerar los tipos de información que el empleado tiene prohibido revelar.
Los acuerdos de no competencia también son una herramienta importante para mantener el secreto de la información confidencial. No obstante, los acuerdos de no competencia deben tener un alcance razonable. Esto significa que la zona geográfica en la que se prohíbe al empleado competir debe estar bien definida y no ser más amplia de lo necesario para proteger los intereses legítimos del empresario. El acuerdo también debe ser limitado en el tiempo, prohibiendo al empleado competir sólo durante el tiempo necesario. Por último, el acuerdo debe ser limitado en cuanto a las actividades prohibidas. Normalmente, los acuerdos sólo deben prohibir al empleado trabajar para una empresa competidora en la misma función o en una similar a la que desempeñaba para la empresa con la que firmó el acuerdo.
Aplicación de las restricciones
A veces, a pesar de los esfuerzos de la empresa, un empleado puede robar información confidencial y utilizarla para competir. En tales casos, el único recurso puede ser un litigio contra el empleado. Una empresa puede obtener una orden judicial que obligue al empleado a dejar de utilizar la información y a devolverla. Si existe un acuerdo de no competencia, un tribunal puede prohibir al empleado competir infringiendo las limitaciones temporales, geográficas y de actividad del acuerdo. Si la empresa se ha visto perjudicada, puede haber indemnizaciones por daños y perjuicios.
Para proteger la información comercial confidencial, el propietario de una empresa debe consultar a un abogado con experiencia en este tipo de asuntos, incluidos los litigios. Los abogados especializados en negocios y litigios de Cohen & Malad, LLP pueden ayudarle en este proceso.