No advertir del riesgo farmacéutico de lesiones Abogados
Las acciones por omisión de advertencia suelen surgir en acciones de responsabilidad civil por productos defectuosos contra empresas farmacéuticas. El incumplimiento de la obligación de advertir se produce cuando un fabricante o vendedor de un producto no proporciona al consumidor advertencias adecuadas o suficientes sobre el riesgo potencial de lesión que se sabe que resulta del uso de su producto, y ese incumplimiento da lugar a una lesión. En los casos contra fabricantes de productos farmacéuticos, la no inclusión de advertencias adecuadas en las etiquetas de medicamentos y productos sanitarios puede hacer que el producto sea defectuoso.
En la mayoría de las jurisdicciones, la obligación de advertir del fabricante se activa cuando el fabricante conocía o debería haber conocido el riesgo de lesión. El incumplimiento de esta obligación da lugar a la responsabilidad del fabricante por las lesiones sufridas por los consumidores de su producto. En una acción contra un fabricante farmacéutico, el fabricante tiene la obligación de advertir al médico prescriptor, y no al paciente, de todos los riesgos asociados a un medicamento o producto sanitario. Esto se conoce como la “doctrina del intermediario culto”. La doctrina del intermediario conocedor establece que el fabricante de un producto farmacéutico ha cumplido su obligación de advertir cuando advierte adecuadamente a los médicos prescriptores -el intermediario conocedor- de los riesgos y peligros asociados a su producto. Esta doctrina se basa en el principio de que el médico prescriptor es el que interactúa y se comunica con el paciente. Por lo tanto, en virtud de la “presunción de atención”, que se sigue en algunos Estados, el investigador puede presumir que el paciente habría hecho caso a una advertencia adecuada si se la hubiera dado su médico y habría evitado el daño. En consecuencia, si el juzgador de los hechos considera que el fabricante farmacéutico advirtió adecuadamente al médico prescriptor de los riesgos y peligros de su producto, el fabricante queda liberado de su obligación. La doctrina del intermediario informado es una de las defensas más importantes utilizadas por los fabricantes de productos sanitarios y medicamentos, ya que les exime de responsabilidad.
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