Como abogada especializada en demandas colectivas y madre de dos niños menores de 3 años, lucho constantemente por encontrar tentempiés y bebidas saludables que mis hijos puedan comer o beber sobre la marcha. Antes de comprar cualquier alimento envasado para mis hijos, examino la etiqueta para asegurarme de que elijo la opción más sana posible. Por desgracia, un reciente caso de demanda colectiva demuestra que la etiqueta de un producto puede no decir mucho (o ni siquiera la verdad) sobre lo que contiene el envase.
En Larsen contra Trader Joe’s Co., No. C 11-05188 SI, 2013 WL 132442 (N.D. Cal. 9 de enero de 2013).dos consumidores presentaron demandas colectivas contra Trader Joe’s por su etiquetado, comercialización y venta de zumo de manzana “totalmente natural” o “100% zumo”. Los demandantes alegaron que el zumo de manzana contenía en realidad un ingrediente sintético o no natural, el ácido ascórbico. El ácido ascórbico es una forma químicamente modificada de la vitamina C que se utiliza en los alimentos como conservante químico. Se produce a partir del almidón de maíz o trigo, que se convierte en glucosa y luego en sorbitol mediante una serie de procesos químicos. Los consumidores alegaron que deseaban evitar los ingredientes sintéticos, artificiales o químicos y que Trader Joe’s se benefició injustamente al comercializar y vender el “zumo totalmente natural” o “zumo 100%” a un precio más elevado a los consumidores. El Distrito Norte de California denegó recientemente la petición de Trader Joe de desestimar el caso.
Después de leer el caso de Trader Joe’s, miré los ingredientes de muchos productos que compro con frecuencia para mis hijos y me di cuenta de que una gran mayoría de ellos contienen ácido ascórbico. Entonces, ¿qué puede hacer un padre si al leer la etiqueta de un producto no sabe realmente la verdad sobre él? La educación es clave para elegir alimentos sanos para tus hijos. Helpguide.org es un excelente recurso para ayudar a los padres a entender las etiquetas, los beneficios y las afirmaciones de los alimentos. También he empezado a utilizar recientemente la aplicación Fooducate en mi iPhone, que me permite escanear los códigos de barras de los productos, la aplicación emite una calificación (de A a F) para el producto y me permite saber cosas como los altos niveles de azúcar o la presencia de organismos modificados genéticamente.
Pero la conclusión para todos los padres es que no se puede creer todo lo que se lee en la etiqueta de un producto.