El Papa Francisco anunció el martes 8 de septiembre de 2015 que la Iglesia católica está cambiando el proceso de anulación religiosa. Las modificaciones facilitan y abaratan el proceso para las personas que solicitan la anulación. ¿Qué significa esto para las parejas de Indiana que se casaron por la Iglesia católica y ahora solicitan el divorcio? Aunque este cambio pretende facilitar el proceso de anulación religiosa, no tiene ninguna relación real con el proceso de divorcio. Para entender mejor las implicaciones del nuevo proceso, es importante tener en cuenta la diferencia entre un divorcio civil y una anulación religiosa y cómo se tratan en el contexto del derecho civil y canónico.
Divorcio frente a anulación
El divorcio, también conocido como disolución del matrimonio, es una acción de derecho civil que pone fin a un matrimonio. En términos más sencillos, cuando una disolución del matrimonio se hace definitiva, la sociedad legal deja de existir y los bienes conyugales se dividen entre las partes. También existe un procedimiento civil de anulación, que es independiente y distinto de un procedimiento de divorcio. La anulación tiene el efecto de anular el matrimonio. Dicho de otro modo, es como si el matrimonio nunca se hubiera celebrado. Por lo tanto, a diferencia de un divorcio, cuando una relación termina mediante una anulación, no hay “bienes conyugales” que dividir, ya que legalmente no hubo matrimonio. En consecuencia, cada parte sigue su camino con los bienes y deudas que aportó a la unión. Las anulaciones civiles son bastante raras y para determinar si puede optar a ellas, un cónyuge haría bien en consultar con un abogado especializado en derecho de familia.
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Anulación religiosa
Una anulación religiosa es totalmente independiente de una acción civil de divorcio o anulación. Las anulaciones religiosas en la fe católica se rigen por el Derecho Canónico. El divorcio civil o la anulación civil se completan antes de que comience el proceso de anulación religiosa. Puede obtener más información sobre el proceso directamente a través de su lugar de culto. Los recursos en línea también pueden servir de guía.
Para muchos católicos, estos cambios ayudarán a aliviar parte del estrés que conlleva la solicitud de divorcio. La Iglesia católica declaró que las reformas del proceso de anulación forman parte de un “Año de la Misericordia” que comienza el 8 de diciembre de 2015. Para más información sobre las enmiendas al proceso católico de anulación, lea el artículo completo que figura en el enlace anterior.