Los niños pueden ser intrépidos y, por desgracia, esa confianza puede provocar caídas inesperadas. Tanto si se cae de un monopatín como de un patinete, o incluso de un columpio o una cama elástica, un niño que intenta detener una caída con la mano extendida puede sufrir una fractura-luxación de Monteggia.
Una fractura-dislocación de Monteggia es una lesión que puede producirse cuando un niño se cae y alarga la mano para frenar la caída. Aunque estas fracturas son poco frecuentes en adultos, pueden ser comunes en niños, con una incidencia máxima entre los 4 y los 10 años. La fractura-dislocación de Monteggia se refiere a una fractura del cúbito, uno de los huesos del antebrazo, con dislocación de la cabeza radial a la altura del codo. Los síntomas de una fractura-dislocación de Monteggia son dolor y rigidez en el codo con pérdida de la amplitud de movimiento del codo.
Si el radiólogo o el médico identifican precozmente una fractura-dislocación de Monteggia, la fractura se curará bien y la mayoría de los niños tendrán resultados de buenos a excelentes. Sin embargo, si una fractura-dislocación de Monteggia no se diagnostica a tiempo, el tratamiento se vuelve mucho más complejo con cirugías extensas y fisioterapia con el potencial de malos resultados, incluida la pérdida permanente de la amplitud de movimiento del codo.
Reclamación por falta de diagnóstico de fractura-dislocación de Monteggia
Un niño de nueve años acude al servicio de urgencias y al traumatólogo tras caerse de una cama elástica y se queja de dolor en el brazo derecho, hinchazón y hematoma en el codo derecho, y de no querer mover el codo. Se enyesó el brazo sin diagnosticar la luxación de la cabeza radial durante 6 semanas. El retraso en el diagnóstico de una fractura-dislocación de Monteggia dio lugar a extensas cirugías reconstructivas y fisioterapia exhaustiva con pérdida permanente de la amplitud de movimiento del codo derecho para el niño de 9 años. El caso está pendiente.